Sabater Trenard

No te olvides de tu salud.

21.07.20 10:44 AM Comentario(s) Por Jorge

Este período particular de encierro y preocupaciones nos trae innumerables consecuencias y una de ellas, el descuido de nuestro cuerpo.


Es importante recordar que llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimenticios. Hoy en día la gente consume más alimentos hiper calóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchos no consumen suficientes frutas, verduras y fibra dietética como los cereales integrales.


La composición exacta de una alimentación equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles y los hábitos alimenticios. No obstante, los principios básicos de la alimentación saludable siguen siendo los mismos.


Alimentarse sanamente no es estar a dieta. Ingerir los alimentos adecuados está vinculado a numerosos beneficios para el organismo: mantener el corazón sano, estimular el cerebro, reducir la probabilidad de desarrollar ciertas enfermedades y en definitiva, sentirte bien.


Alimentarse adecuadamente te mantiene fuerte, lleno de energía, regula el tránsito intestinal. Consumir grasas y proteínas saludables junto con una cantidad ideal de carbohidratos puede ayudar a mantener estable el nivel de azúcar en la sangre evitando que se desplome a media mañana.


Una alimentación sana refuerza tu sistema inmunitario, protegiéndote de todo aquello potencialmente dañino, reduce la probabilidad de infecciones y resfriados. Consumir vitaminas naturales reduce las posibilidades de desarrollar cáncer de piel. Las frutas, las verduras y usar poca sal ayudan a fortalecer los huesos y prevenir osteoporosis.


Alimentarse adecuadamente mejora tu estado de ánimo y reduce el estrés; ayuda a paliar algunos de los efectos asociados a épocas complicadas para las defensas del organismo: humedad, pólen, altas temperaturas... Mejora el rendimiento del cerebro reduciendo el deterioro de la memoria, la capacidad de concentración y otras funciones cerebrales. Protege el corazón, beneficia la fertilidad y la salud de un futuro bebé, previene problemas oculares y por si fuera poco, es un hecho que la buena alimentación está íntimamente relacionada con la prevención del cáncer.


No te olvides de ti mismo, todo lo que comes tiene un impacto directo en tu organismo a corto o a largo plazo. 

Recuerda potenciar los beneficios de una alimentación saludable manteniéndote hidratado, realizando alguna actividad física, no fumando y descansando adecuadamente. Tu cuerpo te lo agradecerá toda la vida.


Claudia Sabater

Jorge

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